Espiritualidad

La amable figura evangélica del Buen Pastor es el fundamento de la espiritualidad de nuestra Congregación. Jesús Buen Pastor constituye el modelo por excelencia de las hermanas, el centro de su amor, su fuerza.
“El generosísimo Jesús las llamó particularmente por nombre, entonces  lo reconocieron y le dijeron: ¡Rabbuní! Tu eres mi Señor, eres el único dueño de toda mí misma: del cuerpo, del alma, de mis pensamientos, de mis afectos. Yo no reconozco otro Señor fuera de ti” (Julia)
A imitación de Jesús Buen Pastor, ofrecemos nuestra vida en sacrificio, en obediencia total al Padre y para la salvación de todos (Jn 10,11). Para configurarnos con Cristo, debemos vivir el abandono confiado a su voluntad, en actitud de conversión permanente.