Carisma

Las Hijas de Jesús Buen Pastor deben dedicarse sobre todo a las mujeres más probadas y débiles, anunciándoles el amor de Dios y revelando que el genuino camino de la penitencia florece en la paz y en la esperanza. Deben comunicar lo que han experimentado en primera persona, es decir, los prodigios de la  mano de Dios en la propia vida y el gozo del seguimiento de Cristo, como les exhorta Julia cuando escribe: “ y ustedes queridas hijas, vayan en nombre de Dios, de María Santísima y de santa María Magdalena, vayan a decir a sus hermanas cuánto es bueno el Dios de la Misericordia, cuánta ayuda han recibido de su Madre Santísima… díganles por experiencia, que la vida penitente lleva consigo la paz del alma, y una esperanza tan grande del paraíso, que el corazón lleno de santa alegría tiene sed de mortificación, que purifica el alma y la hace menos indigna de la unión con su Dios” (Julia)